martes, 27 de julio de 2010

La Caja Y El Papel


Cada ves que acaba el semestre, ordeno todos los documentos con los que trabaje en el siclo escolar. Los tengo desordenados en un mueble, en la esquina mas obscura de mi cuarto, cuando me convenzo de que tal ves jamás los valla volver a utilizar, los clasifico por materia y los meto en sobres de papel, a su ves meto los sobres en cajas de cartón y los aguardo en mi armario, hago esa rutina tal ves desde que tenia 12 años. Hay algunos documentos, que tienen mas valor que el resto, y no me atrevo a meterlos en esos sobres amarillos y ásperos, prefiero abrir una vieja caja de zapatos y guardarlos hay, en el mismo lugar donde están todos mis recuerdos en pequeños objetos físicos, se que tal ves, cuando tenga 60 años, y abra esa caja, me pondré muy feliz, me vasta con saber eso.

Después, de ordenar mis documentos que por cierto son demasiados, (alrededor de 600 hojas) tomo mis libretas, y miro cual me puede servir el siguiente año, algunas libretas les sobran 10 o 20 hojas, así que las arranco, para después hacer un cuaderno reciclado con ellas. En algunas materias, pasaba mas tiempo de tras del monitor que escribiendo en mi cuaderno y mis libretas quedaron casi limpias de tinta y grafito, no encuentro ninguna buena razón que me impida volver usar esas libretas, así que estarán de nueva cuenta en mi mochila después del verano.

¿Cuantos arboles se abran talado, para crear los documentos de los 3 mil alumnos de mi escuela?

¿Cuántas personas abran reciclado sus libretas igual que yo?


Affff!!! las respuestas me dan miedo. Si tengo hijos, y si ellos me dan nietos, me gustaría que disfrutaran jugando entre las ramas de un árbol, igual que cuando yo tenia 7 años.



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