domingo, 30 de junio de 2013

Lluvia, Lluvia... Lluvia


El meteorológico informo hace 3 días que  Nayarit, fue el tercer estado mas lluvioso del país, inclusive superando a los estados del sur. No me extraña, ha estado lloviendo día y noche, y mas de una vez termine por bañarme en la lluvia accidental.

Los días han estado bien, las tardes en el Tecnologico son muy relajantes, pues esta totalmente solo, no se escucha ningún otro sonido mas que el que producen mis zapatos en el piso, resulto que mi clase es bastante extrema: de 6 a 9 de la tarde; algo raro pues la mayoría de las materias de verano son antes de las 12 de la tarde.

He disfrutado bastante la cátedra de mi maestro, aun y cuando es sumamente aburrida, impartir teoría es un don que pocos maestros tienen, y cuando esta es impartida por Ingeniero la dificultad tiende a duplicarse. Balanceo el cansancio de escuchar a mi maestro con paulatinos vistazos por la ventana, donde me sorprende ver el azul del cielo nocturno de la ciudad, y el pasto cada vez mas verde de los jardines.

El viernes me llamó Michelle, creía que se trataba de una de sus nuevas ideas extrañas, pero no fue así ella estaba muy contenta, decía que le temblaban las manos de alegría, le pregunte que pasaba y me respondió que había sido aceptada en la universidad que ella quería. Le dije que no me sorprendía de ella que fuera aprobada en una de las mejores universidades de latinoamerica, la felicite y le desee mucha suerte. Platicamos unos cuantos minutos y después me confeso que solo a mi me había dicho y que no quería que le dijera a nadie mas, dudo que si alguien lee esto conozca a esa agradable rubia de la costa, así que creo que no he roto mi promesa.

El sábado me hice a un par de amigos nuevos, Manuel y Martín, estudiantes de psicología. Muchachos que aunque por su aspecto no lo parezcan son de muy amplio criterio, y en contra parte de la mayoría de las personas de amplios conocimientos, ellos no suelen presumirlo a los demás. Ese mismo día por la tarde descargue Cloud Atlas al momento que veía Armagedon, película que considero totalmente incongruente científicamente pero que emociona bastante a quien sea que la vea.

Hoy vino mi papa, platique con el un instante en el desayuno y después regreso a su trabajo en Tuxpan, el tiene pocas oportunidades de visitar su familia, así que pensaba pasar el verano con el, tomar esta materia me lo impidió, si tengo una semana libre después del curso, lo volveré a considerar, mientras tanto estudiare un poco de los libros que conseguí de la materia, tengo miedo de que los temas que estudie difieran en términos a los que el maestro impartió, algo que suele suceder muy frecuentemente, es extraño pero por alguna razón eso no parece preocuparme.


jueves, 20 de junio de 2013

20 de Junio del 2013

Apenas la semana pasada termine mi cuarto semestre en el Tecnológico de Tepic, fue un periodo bastante duro con varias materias difíciles, de las cuales por suerte no reprobé ni una sola, eso no es algo de lo cual estar orgulloso, pues mi promedio no fue nada bueno, apenas y alcance un 78 general, para tratarse de una ingeniería cualquier cosa arriba de 70 es buena, pero pasar con solo 8 puntos es algo para nada agradable, mas comparándolo con mi promedio anterior.

Es jueves, y solo me quedan 3 dias mas de vacaciones, tomare carreteras en verano, una materia bastante pesada que promete traer la misma cantidad de estrés de las clases normales. Mientras tanto me ha sobrado bastante tiempo como para subir a la azotea y leer un par de novelas de Borges,  al tiempo que siento como el sol poco a poco va acercándose a al solsticio de verano.

Han caído 3 lluvias en el pueblo, he esperado con tanta ansiedad el verano que hasta me tome el tiempo de contarlas, todas ellas fueron agradables y contrarrestaron el asfixiante calor que se ha vuelto costumbre en estos días (una desventaja mas de vivir cerca de los trópicos).

No ha pasado mucho de interés en lo que va de la semana, estuve buscando trabajo durante las mañanas sin tener resultados y ayer salir con Beto, fuimos a buscar a Marco, un amigo suyo al cual no le encontramos, así que pasamos el resto de la tarde platicando en una banca de un parque, justo enfrente de la logia masonica, bebimos cerveza de raiz y después de platicar con los amigos ocasionales que pasaban por el lugar, cada quien regreso a su casa.

La noche de ayer, la pase escribiendo un pequeño cuento de ficción, basado en la batalla de "El Carrizal" y influenciado por la película Chicogrande, como cualquiera de mis cuentos tenia múltiples errores aun así lo publique a la primera y sin corregir, espero y quien tenga la valentía de leerlo me perdone. 

Mientras escribía platicaba con Josy, es una nueva amiga: estudiante de arquitectura, fan del motocross, la novela negra y de temas históricos, esto ultimo nos pareció sorprendente a ambos, pues no es común en este país encontrar jóvenes universitarios con gustos tan "nerds" hoy en día. No paraba de hacerme preguntas sobre mi condición como judío hasta que le dije que no me gustaba mucho hablar al respecto, lo cual ahora pienso pudo ser algo grosero de mi parte. 

Me pareció una muchacha llena de curiosidad y de preguntas. La he pasado alegre platicando con ella, dudo que lea estas lineas algún día, pero aun así tengo que aprovechar para decir que me ha caído bastante bien.

Justo en estos momentos una banda de muchachos de secundaria ensaya a 3 cuadras de mi casa, lo cual contrasta demasiado con los vergonzantes "narcocorridos" que mis demás vecinos reproducen. Me alegra saber que se inician en la música, con los mismo covers en los que yo me inicie (The cranberris, Enanitos Verdes, Caifanes, The Cure, Nirvana), cada vez mas me convenzo que esas canciones son verdaderamente inmortales.

Se siente demasiado agradable el viento fresco que entra por mi ventana, y me lleno de una alegría extraña de la cual mi cara no la expresa, pero estoy convencido de sentir. Espero que ojala el verano sea lo que promete hasta ahora.

Llanos de Torreon


Cabalgaba en el arenal, con solo medio galon de agua que no pensaba beber, Ramiro, mi caballo la necesitaba mas que yo. Faltaban solo 8 millas para llegar a Torreon, 8 millas de desierto infestado de tropas estadounidenses que juzgando por mi aspecto me detendrían y me torturarían casi hasta la muerte, solo para darse cuenta que yo no se nada de ese tal Villa. No seria el primero que lo sucediera algo como eso.

Resaba por salir del arenal lo mas rápido posible y así adentrarme a las montañas, tomar el camino largo era la mejor opción, si bien seguiría siendo presa de la caballería, tendría mas opciones de huir, ademas rodear se compensaría con la sombra ocasional de los fresnos, y podría cortar quelites para la comida. Es extraño que cuente esto, pues en verdad jamas llegaría a las montañas y jamas en mi vida regresaría a torreón.

A media milla vi a un indio montado en un caballo café observándome fijamente, llevaba una escopeta en su espalda y no parecía que yo fuera de su agrado, era una mala señal pero continué caminando fingiendo que no me preocupaba. No se trataba de un Indio mexicano, se trataba muy seguramente de un navajo, que servia como centinela al ejercito americano.

Pasaron 5 minutos después de haberlo encontrado cuando de pronto lanzo un grito raro seguido de 3 disparos al aire, me di la vuelta sin pensarlo y corrí a todo galope hacia al sur, no mire atrás en ningún momento hasta que ramiro perdió el ultimo aliento, vi como un tremendo polvaderal se iba haciendo en el horizonte, me perseguía un pelotón entero. Hice echarse a mi cabello, me tire al suelo y cargue mi fusil junto con mi pistola, sabia que me matarían pero no me iría sin al menos llevarme a uno de los suyos.

No estaba asustado, aunque debería de estarlo pues no tenia a donde ir, a cualquier lado que fuera me encontrarían tarde o temprano es la principal desventaja del arenal, que prácticamente solo la curvatura de la tierra le puede darle relieve, cualquiera puede encontrarte, cualquiera puede verte.

La nube de polvo se acercaba cada vez mas, hasta que por fin pude verles completamente, eran 30 hombres  llevaban lentes para protegerse de la arena y caballos de buen tamaño, casi hasta tras vi al navajo que alerto de mi presencia.

Espere a que estuvieran a una distancia considerable antes de disparar, mientras tanto no apuntaba, quería evitar que ellos dispararan primero, aunque me querían vivo si me veían apuntarles sabia que me tirarían a matar.

Se lanzaron sobre mi agitando sus banderas y yo dispare como loco, mi caballo recibia decenas de disparos, intento levantarse pero entonces en una oportunidad le dispare a su cabeza y continué en el combate que aunque era de unos cuantos segundos, me parecía que duraba días enteros. Cuando se acercaron lo suficiente se dividieron hacia los flancos, no había matado ni a uno solo, se lanzaron a mi y yo continué disparando hacia ellos aunque sin esperanza de sobrevivir, pero para mi sorpresa retornaron hacia el norte de nuevo, pues un grupo del ejercito de federal les había sorprendido disparando ametralladoras y sus rifles Mondragon, la superior cadencia de fuego mexicana no pudo ser superada y dos jinetes americanos cayeron al suelo,  se lanzaron en retirada y todavía alcance a herir de muerte a uno de ellos, que mas sin embargo no callo al suelo y siguió avanzando con la inercia que llevaba unos cuantos metros mas

Al llegar la tranquilidad de nuevo al arenal lo primero que hice es mirar si me habían herido, para mi fortuna no paso nada. tome el agua que quedaba y bebi un buen trago. El teniente de la escuadra bajo de su caballo y dio ordenes a un jinete, no entendí que le dijo pero este salio a todo galope hacia el sur. Después el teniente se acerco a mi

-Quiero pensar que eres cazador, ¿O no lo eres? -Me pregunto-
-Lo soy, traigo algunas pieles tómelas en agradecimiento, que no me gusta deber favores-Le respondí.

El se rió en un torno burlesco y se torno de nuevo a mi.
-¿Crees que te defendimos?, hay una linea trazada los gringos no pueden pasar mas allá de torreón, pero se han venido pegando demasiado últimamente, son ordenes de alto rango repelerlos cada vez que se metan mas allá de sus limites-Me dijo.
-Pues entonces, con su permiso seguiré mi camino- Le conteste, de manera respetuosa.
-No te recomiendo que lo hagas, tienen una división entera en torreón, van a regresar, mas vale que no te encuentren en el camino, o peor aun en el pueblo.

Tenia razón, lo mejor era regresar a Zacatecas o Durango y esperar a que todo se tranquilizara, eso no parecía que fuera pasar, las cosas en la región se ponían cada vez mas delicadas.

-Regresare al sur-le conteste.
-Adelante-Me dijo.
Cuando intentaba recoger mis pertenencias vi como el polvo se volvía a levantar, al rededor de 500 hombres con el traje café característico del federal se acercaban, al frente un hombre de aspecto robusto dirigía el contingente, dividió sus tropas en flancos y escondió su artillería entre las piedras.

El teniente dio un informe mas detallado al general, entonces el volteo a mi y lo reconocí, era Artea sabia de mi y de mi trabajo, me había escapado de sus garras muchas veces, pero ahora me tenia en sus manos. pero mas sin embargo al verme no hizo ningún ademan de sorpresa, ni ordeno mi detención, se acerco a mi.
y mientras fumaba su pipa comenzó a hablar.

-¿Carlos Llanos?-me pregunto el general.
-Si, una sorpresa encontrarle de esta forma general-Le dije.
-Lo se muchacho, mejor momento para encontrarte no pudo haber, espero y aun continúes jugando a lo mismo de antes, que de eso depende tu vida hoy-Dijo con una expresión de alegria en su rostro-. Creo que se avecina un buen momento, a la primera orden que mencione, mis hombres te detendrán y fusilaran antes de que lleguen los gringos, te propongo algo que se me ha a ocurrido justo ahora y que sutilmente puede salvarte la vida. si combates conmigo hoy, y dejas ver de que madera estas hecho, te perdonare la vida y te dejare en paz, ocupo tu escopeta y tus explosivos, yo no se usar esas cosas, así que quiero que hagas una linea de defensa de 100 metros, para que la detones en cuanto lleguen. No importa que sea algo aleatorio, solo quiero causar algo de daño y despistarlos. Quiero que te mantengas en mis filas, si sobrevives seras libre, ¿te parece Carlos?
-En vista de que son pocas las opciones, acepto. necesito escaven a 20 cm en  esos en esos 100 metros que ordena.
-Enterado-Me contesto y al momento envió a sus hombres a trabajar conmigo, mientras un grupo mas numeroso comenzaba a escavar trincheras de manera improvisada.

levaba 6 horas y los estadounidenses no llegaban, el general continuaba fumando su pipa, y yo después de cimbrar la dinamita me había ido a limpiar mis pieles, como que si el general no supiera que lo que en verdad llevaba en mis mochilas eran las joyas hurtadas de la esposa del gobernador.

Escuche un zumbido y creí que era un mosco, pero entonces la multitud comenzó a gritar y mirar hacia el cielo, era un aeroplano, jamas en mi vida me había encontrado con algo como eso. Miraba nuestra posición e informaría a los gringos para que tuvieran un mejor rendimiento en batalla, pasaba cínico una y otra vez observándonos, y aunque mas de uno se atrevió a dispararle, las balas contrarrestadas por la ley de gravedad no producían el mas mínimo daño a tal altura, lo único que podíamos hacer era mirar.

Tanto hombres como trincheras estaban listas, cuando un jinete gringo se acerco, bajo de su caballo y para sorpresa nos dimos cuenta se trataba de un general desarmado.

-Queremos, nos entregue a aquel hombre (Me apuntaba a mi) y nos permita pasar mas allá del arenal, estamos en busca de un grupo de desertores y ese hombre que esta en sus filas, a estado ayudandoles a escapar, abran el camino o se encontraran confrontaciones-. Dijo el general americano en un español mas que aceptable.
-Esperen a que mi superior me informe la aprobación de tal decisión para evitar un mal entendido, que mientras tanto de esta linea no pasaran, ya han sobrepasado con muchas millas lo acordado.
-Entonces tenga por sabido que para morir son los hombres general.
-Pues mis soldados saben morir general,  si cree poder pasar inténtelo.

El general gringo escupió al suelo y regreso con los suyos, entonces Artea me dirigió la palabra de nuevo.
-¿Así que ademas de hacer explotar cuanta cosa te ponen enfrente ayudas a desertores?-.
-Es mentira general, a mi parecer tienen indicios de encontrar villistas en la zona, por eso se han lanzado a mi, pensando que era uno de los suyos, me sorprende me lo cuestione pues usted ya sabe mis negocios.-Le conteste.
Artea dejo escapar una sonrisa.
-No iba en serio hijo, era lo que ellos llaman un "sarcasm", no se si Villa este en el sur, pero yo no dejare que pasen estos cabrones, que si lo permito en menos de lo que pensamos estarán en Guatemala.

El aeroplano llego por segunda vez, vio nuestras trincheras, giro varias veces y después regreso. En cuanto se fue, Artea comenzó a caminar al rededor de las sanjas y miro con desconfianza los explosivos, acaricio los caballos y checo que su pistola estuviera cargada, después se hinco y tomo un puño de tierra, lo olio y lo volvió tirar al suelo, después se levanto, acomodo su uniforme y grito:

-¡Octava y novena compañía de caballería al este, resguardense a 400 pies de la artillería ¡Doceava compañía  quiero que estén a media milla de las trincheras con los caballos restantes!, ¡Estén a la carga a bandera morada!, ¡El resto del batallón y la primera de sanidad a las trincheras!. Que dios esté con nosotros.

Esparamos media hora hasta que por fin los americanos llegaron bombardeando toda el area, pero sin dañarnos en lo mas minino, les habían fallado sus cálculos y solo crearon un montón de boquetes en la retaguardia.

Nadie disparaba parecían estar muy concentrados, entonces la caballería estadounidense se hizo ver lanzando disparos al azar, el general no mencionaba palabra alguna, cuando vio que era una distancia considerable entonces hablo a su trompetista y este después lanzo un sonido de batalla que provoco el lanzamiento de piezas de artillería combinado con metrallas y los fusiles mexicanos, varios soldados cayeron al suelo y otros mas se tropezaban con ellos, pues no se habían dividido aun, entonces el general hizo izar la bandera morada  al momento de que me hacia encender los explosivos, varios caballos cayeron al suelo y muchos otros aturdidos se hicieron a los lados, y sus jinetes al no poder controlarlos cayeron mientras las balas metrallas les sacaban las entrañas. Los jinetes de la caballería mexicano salieron de sus escondites brincando las trincheras y lanzando pedazos de tierra adentro, algunos caían heridos al suelo y sanidad se acercaba de manera inmediata a darles atención.

Los pocos gringos que aun quedaban de pie, fueron aplastados por la primera avanzada mexicana, y muy pocos lograron lanzarse a retirada.

El general movió su caballeria y envió heridos a retaguardia, recibió un informe rápido de sus coroneles, y ordeno que todos estuvieran listos para un segundo ataque, el cual parecía ser inmediato, el aeroplano regreso y dejo caer explosivos que se detonaron en el aire, al ver que no podía dañarnos bajo de altura, eso le hizo vulnerable y recibió un nutrido numero de disparos, el avión comenzó a planear averiado por el arenal y aterrizo de mala forma dando un tremendo golpe, una escuadra se acerco y el piloto disparo con un revolver, entonces tiraron a quemar ropa y cayó muerto sobre el mortor del aparato, recogieron los explosivos y los repartieron entre la infantería.

Nuevamente los americanos lanzaron un bombardeo,  ahora mucho mas preciso, casi rosando las trincheras, solo un proyectil cayo dentro, acecinando a media sección, sanidad poco podía hacer, pero aun así los llevaron a retaguardia, detrás de las piedras donde se encontraba la artillería aun intacta.

Repitieron la misma estrategia pero ahora con el doble de hombres, nos igualaban en numero y esta vez no pudimos repelerlos tan fácilmente, aunque ambos grupos de caballería les hicieron frente no pudieron hacer mucho, entonces se ordeno que toda la infantería saliera de la trinchera, el combate fue cuerpo a cuerpo, tan corto que no daba tiempo de cargar fusiles, así que nos vimos en necesidad de usar bayonetas. El general estadounidense callo muerto y también su segundo a cargo, al no tener líder y sin saber que hacer se replegaron a torreón. Entonces pude ver los 200 cuerpos entre mexicanos y gringos que yacían tirados en el desierto, algunos aun agonizando mutilados entre la arena, mientras sus compañeros les aplicaban torniquetes improvisados a la espera de los médicos.

Sangraba de la frente, un americano casi me atravesaba la cabeza con su bayoneta, busque a Artea y lo encontré malherido tirado en una trinchera dando ordenes a su segundo.
-General, he cumplido con mi parte del trato deseo tener permiso de retirarme al sur, y en vista de que perdí mi caballo le pido me deje tomar uno de los que los americanos dejaron-Le dije, intentando cuidar el porte militar.
-Adelante, ya no tienes nada que hacer aquí, un sargento te dará algo de agua y comida, que si te enviara al sur sin provisiones es como fusilarte pero de manera mas lenta, ahora aléjate de mi vista... ¡Coronel Rodriguez! tráigame una hoja en blanco la firmare para que usted escriba el informe arriba, que no creo tener aliento como para terminarlo, si hay algo que odio es dejar las cosas inconclusas.
Justo después de firmar el papel pareció faltarle el aire y  murió aun como la pluma en la mano.

Ayudé a subir algunos heridos a las carretas y acompañe al batallón unas cuantas millas, después me separe de ellos tornando al oeste rumbo a Durango. Nadie se despidió de mi y no me extraño en lo mas mínimo.

A mis 78 años un continuo respetando el paralelo 25, mi nombres es Carlos Llanos Medina, y aun recuerdo hasta mas ultimo detalle el arenal de Torreón. 

Dedicado al General Félix U. Gómez y a los caídos en la batalla de "El Carrizal".

viernes, 14 de junio de 2013

El Ultimo Azul


20 fusiles apuntaban a mi pecho, 4 cuervos en el cielo y un palicate rojo en mi cuello. Carla me miraba, yo la miraba a ella; el teniente masticaba tabaco y los caballos relinchaban. Dispararon pero no he caído al suelo, ahora vuelo sobre los robles, ahora soy viento, ahora puedo sentir ser yo. 20 balas y un teniente me siguen, no me mataran por que jamas he estado vivo.

domingo, 2 de junio de 2013

Bancas Verdes


Jorge se mantenía esperando en una banca de un parque bastante céntrico, pero alejado de los comercios que comúnmente abundan en el centro de las ciudades mexicanas, parecía un área residencial con bastantes niños y algunos restaurantes, miro la hora y se dio cuenta que ya llevaba 30 minutos fantaseando con regresar 8 años atrás en el tiempo y sobre como es que tomaría las decisiones de su vida si las volviera a tener, imaginaba que era sencillo, que regresando y con un par de palabras mas, bastaría para arreglar su vida. Pensó en Laura, la chica que lo busco durante meses insinuándole a Jorge que diera el primer paso, pero que este por alguna razón que no recuerda se evito a dar.
Era una buena muchacha, muy inteligente, cariñosa y además bastante bonita, de piel blanca labios rojos y pelo castaño.
-¿Que habría sido de mi vida si compartiera mis instantes con ella?-Susurro Jorge.-
-Indudablemente, tenerla contigo seria un factor más para que te equivocaras de nuevo en tu vida, o para que el destino te volviera a golpear una vez mas - Dijo una voz dulce que salía detrás de la banca.-
Jorge volteo y vio a una mujer sentada en el pasto, que mientras le daba la espalda tejía una servilleta.
-Bien dicho, bonita servilleta: Jorge, mucho gusto-Se presento con en tono amable, la verdad es que para ser un domingo por la tarde ansiaba mucho platicar con alguien-
-Verónica, y el gusto es mio-Dijo ella sin mirar hacia él, llevaba un largo velo en la cabeza, pero eso no evitaba ver su largo pelo rizado color negro-. Llevas bastante rato aquí, créeme que sea quien sea la persona que esperas no vendrá, imagino que ni siquiera te ha enviado un mensaje, eso es una señal mas.
Jorge sonrió al momento que se levantaba de la banca.
-La verdad es que ya pensaba irme ¿Vienes aquí con tus hijos?- le pregunto Jorge.
-No tengo hijos muchacho, ¿Ves esa librería? Es mi casa, vivo con mi abuela y si me ves aquí tejiendo es que no soy admiradora de las telenovelas de la tarde, mi abuela se esta quedando sorda y tiene que poner la televisión a todo volumen.
-Vender libros suena un negocio muy agradable-
-Si vendiera mas de Gabriel García Márquez, lo seria sin duda; la verdad es que solo vienen por libros estudiantiles y si acaso por algún best-seller o un libro de auto superación con titulo llamativo-.
Jorge sonrió, a el también le dolía que los grandes autores tuvieran tan bajas ventas.
-¿Tienes planes para lo que te queda de tarde?-Le dijo Jorge-
-Además de seguir tejiendo, ninguno-. Contesto Verónica alegre, ya se había levantado y le miraba de frente, dejando ver su cara se veía mucho mas joven-.
-¿Qué dices si te invito un café entonces?-le invito Jorge.
-Digo que no puedo tomar café-.
-¿Y que tal una nieve?-.
-Demasiado dulce-.
-Por lo visto lo que quieres es una cerveza-Bromeo Jorge-.
-Claro que no, es demasiado agria y además no puedo tomar alcohol-.
-Okay entiendo, entonces me iré a caminar por ahí, adi…-
-Eso me agrada, vallamos entonces-interrumpió verónica.
Verónica se acomodó su vestido, rodeo la banca y se acercó a Jorge.
-¿Ir a donde?-.Pregunto Jorge confundido.
-A caminar, tú lo propusiste- Respondió verónica, mientras se guardaba su servilleta y sus agujas en una bolsa.
Caminaron dando círculos al barrio, entre las calles mas antiguas de la ciudad, algunas de las casas que se veían tenían mas de 100 años y aunque descuidas no dejaban escapar en ningún momento la melancolía que siempre habían conservado. Verónica le platico de su familia, y como es que huyeron de irán durante la invasión iraquí, cuando ella apenas tenia 5 años, su padre ahora trabajaba en Chiapas vendiendo telas, a su padre no le agradaba la idea de dejarla sola mientras él trabajaba todo el día, así que la dejo encargada con su abuela, quien ya viva en Zacatecas desde antes de la guerra.
-No puedes imaginarte todo lo que tuvimos que hacer para conseguir un salvoconducto que nos llevara a Turquía y luego a México, vivíamos a pocos kilómetros de la frontera con Irak, noche tras noches escuchábamos las explosiones de los abuses-. Le contaba verónica-.
-Yo nunca he vivido una guerra, tienes suerte de haber tenido tu abuela aquí-. Dijo Jorge.
Aunque de pelo rubio y ojos verdes, Jorge tenía origen semita, era judío. Pero temía que decirlo, creia que causaría un momento incomodo.
Caminaron hasta al anochecer, entonces fueron hasta la librería donde Jorge se despidió de Verónica.
-Fue un gusgo platicar contigo, alegraste demasiado mi tarde-.Dijo Verónica.
-Tu alegraste la mia, si no te hubiera encontrado habría terminado viendo telenovelas también-.
-¡Todo menos eso por favor!-Lo dijo en un tono burlón-.

Una voz mayor se escucho desde la librería, y entonces Verónica entro, se despidió con una sonrisa. Jorge hizo lo mismo y se alejó lamentándose no haberle pedido su numero. En la banca vio a Katia llegar, la muchacha que esperaba y hasta ese momento su actual novia, llevaba vestido de noche y zapatos de tacón. En cualquier día Jorge se habría acercado a ella, pero no lo hizo, se quedo detrás de un arbusto viéndola.

Katia al no ver a nadie en la banca encendió un cigarrillo, y después de probarlo lo tiro al suelo, llamo a un taxi y se fue.  Jorge sabia de que trataba, ella le inventaría un compromiso y se iría unos instantes después de estar con el, no era la primera vez que lo hacia esperar 3 horas para estar con el 20 minutos y después irse. A si que prefirió evitarse la molestia.

Se acercó a un restaurante y pidió un cappuccino para llevar, subió a su coche y del resto de su día ya no hubo nada importante que contar, esa muchacha persa le había movido bastante, tenía desde la preparatoria sin sentirse así. Esa vez durmió con una sonrisa en su rostro.