Como cualquier otro día desde ase 35 años y sin un solo minuto de retardo, un grupo de delfines pasa justo frente al peñasco donde don Jorge los a observado desde que era un niño.
La luz de la mañana ase brillar sus espaladas y ellos brincan como que si estuvieran jugando con el mar, y don Jorge no ase mas que suspirar, no sabe cuanto tiempo mas los podrá ver, se entristece y continua suspirando. Hay muchas otras cosas en las cuales pensar, pero durante los 3 minutos que tardan los delfines en cruzar la bahía, su mente, y sus sentidos pertenecen al amanecer del mar.
Son 26 -me decía- ase 2 meses eran 27, ase dos años 32, ase 5, 38, pero cuando yo apenas estaba en la primaria, tuve la suerte de contar 79. Pero esos eran tiempos muy diferentes a los que a ti no te tocaron vivir. Sabes muchacho, en 42 años que tengo de vida, llevo 5 ataques cardiacos, 4 de ellos en los últimos 3 años, el doctor le dijo a mi mujer que no podre vivir mas de 3 meses, ¿y sabes que? Lo único que me preocupa en este momento, es que tú puedas volver aquí, después de 10 años, y ver al menos 15 delfines.