domingo, 30 de enero de 2011

Las Vainas de San Blas



Como cualquier otro día desde ase 35 años y sin un solo minuto de retardo, un grupo de delfines pasa justo frente al peñasco donde don Jorge  los a observado desde que era un niño.

La luz de la mañana ase brillar sus espaladas y ellos brincan como que si estuvieran jugando con el mar, y don Jorge no ase mas que  suspirar, no sabe cuanto tiempo mas los podrá ver, se entristece y continua suspirando. Hay muchas otras cosas en las cuales pensar, pero durante los 3 minutos que tardan los delfines en cruzar la bahía, su mente, y sus sentidos pertenecen al amanecer del mar.

Son 26 -me decía- ase 2 meses eran 27, ase dos años 32, ase 5, 38, pero cuando yo apenas estaba en la primaria, tuve la suerte de contar 79. Pero esos eran tiempos muy diferentes a los que a ti no te tocaron vivir. Sabes  muchacho, en 42 años que tengo de vida,  llevo 5 ataques cardiacos, 4 de ellos en los últimos 3 años, el doctor le dijo a mi mujer que no podre vivir mas de 3 meses, ¿y sabes que? Lo único que me preocupa en este momento, es que tú puedas volver aquí, después de 10 años, y ver al menos 15 delfines. 


viernes, 28 de enero de 2011

Los Alaridos de Sofia

Caminaba por la calle aun sin saber a donde ir, las tiendas comenzaban a cerrar y la gente regresaba a sus casas. Caravanas de militares pasaban por la avenida, y entre los gritos de la multitud, apenas y podía escuchar el eco de los helicópteros vagando en el cielo de la ciudad. Algo no tan bueno sucedió, pero tanto a mi, como a las personas que me rodeaban, eso no les importo mucho.  

Yo tenia otras cosas en que pensar, sobrevivir la noche, no era una de ellas. No, no estoy  resignada a morir, solo me niego a caer tan bajo como para temerle a los cobardes. Los que asesinan niños, los que violan mujeres, los que destruyen ciudades, los que creen que un AK 47 significa poder, fuerza y valentía.

Seguí caminando varios metros, asta que me tope con una pequeña farmacia, y fue hasta entonces que recordé a donde iba, me di cuenta que algo terrible me había sucedido, que había llorado durante horas, que tenia frio y que me sentía la persona mas sola del mundo, tenia miedo, demasiado miedo, mis rodillas me dolían y mis ojos ardían. Quería olvidar el pasado, quería abandonar ese lugar, quería tomar todo aquello y arrojarlo a un abismo. Pero  entre querer y poder hay una distancia demasiado grande para mi. No lo logre, olvidar es algo que las desdichadas no sabemos hacer, yo no soy la excepción. ¿Y que mas podía hacer? Me senté  en la banqueta y continúe llorando durante toda la noche, la gente pasaba a mi espalda y un monstruoso tráfico estaba frente a mí, pero jamas le tome importancia.

Nada tenia sentido, toda la existencia se había convertido en un eterno lamento de dolor que se esparcía por todos los rincones del planeta, destruyendo  todo lo que encontraba a su paso, era tormentoso, era insoportable. Ella había llegado y no se marcharía tan fácilmente, la tristeza jamás te pedirá permiso para estar en ti, jamás lo hará. Fue ella quien me hizo herrar por el mundo, y no la culpo por ello, en la vida nada es culpable, todos somos victimas, inclusive los sentimientos.