jueves, 12 de septiembre de 2019

Siddhartha


Estuve leyendo hace unos días Siddhartha, que maravilloso libro, pare cuando faltaban unas 20 páginas para el final, sentía que ya no podia mas, si bien estaba enfermo, muy enfermo, mientras leia me sentía tan en paz que olvide todo el dolor que pasaba en mi cuerpo, eran las 11 y seguia despierto, me entretenia en cada parrafo leyendo una y otra vez a sabiendas que cada uno guardaba un mensaje metafórico, ingeniosa y delicadamente puesto; pare por que no soportaba la golpiza moral que me estaba poniendo. Recordar como Siddartha iba envejeciendo, me hizo sentir escalofríos, la vida es asi, son solo instantes al final lo que creistes fue tu pasado son solo una suma de instantes pequeños, toda tu historia no existe y de la nada ya eres viejo. 

La relación que lleva con su hijo me dejo estupefacto, hasta ahora sigo pensando en ello, el decidio abandonar su búsqueda. Es como el futuro de cada ser humano, existe por que se le permite existir, hace daño por que uno permite que haga daño, pero duele desatarse de el, duele mucho, conocer a detalle la realidad no basta, pero solo viviendo en el presente se encuentra la paz.  

Encontre esta noche un párrafo en un libro de Allan Watts, me gusto, creo que se relaciona perfecto con Siddhartha y su maestro el balsero. 

"Cuando desechó su propia existencia, se iluminó. Iluminándose, fue capaz de alcanzar la visión del Uno. Alcanzando la visión del Uno, fue capaz, entonces, de superar la distinción entre pasado y presente. Cuando superó la distinción entre pasado y presente, fue capaz de ingresar en el reino en el que la vida y la muerte no existen. Luego, para él, la destrucción de la vida no significa la muerte, ni la prolongación de la vida un agregado a la duración de su existencia. Él recibía cualquier cosa; no aprendía nada. Para él, todo se destruía, todo se construía. Esto es lo que se llama sosiego en la perturbación. El sosiego en la perturbación significa perfección"-Chuang-tzu 6, tr. Fung Yu-lan (3), págs. 119-120.