lunes, 7 de noviembre de 2011

Vibraciones.



Había llegado demasiado temprano, y estaba hay, sentado escuchando la retumbante música, la música me asía sonreír, y me provocaba felicidad, sobre mi las estrellas danzaban, y se movían de un lugar a otro, la pista de baile había resultado ser el cielo esta vez.

Alguien llega, y me saluda, le sonrío e intento no ignorarle, en el fondo no tengo nada que decir, puesto que la noche, y la música me habían absorbido asta la ultima palabra, y habían cubierto esos huecos con una buena dosis de emoción y adrenalina, quería seguir hay, quería seguir sintiéndo.

Las melodías resonaban en mi pecho, gire el cuello y vi 3 niñas bailar, eso me provoco una sonrisa mas, entontes me levante y probé caminar entre los adoquines, di algunos pasos, y me di cuenta que era en vano, necesitaba volver, necesita un poco mas de mi alegre soledad, regrese, y la música continuaba, las estrellas seguían danzando y yo seguía viendo su deslumbrante espectáculo, abría mi boca de asombro, y abría también mis ojos lo mas que podía, mi cuerpo seguía en la misma banca, seguía disfrutando la misma noche.

La plaza continuaba sola, y bellavista lo asía también, solo era yo y las alegres melodías de antaño, ellas continuaban asiendo vibrar mi corazón, a un ritmo dócil y tranquilo, como el de los arbustos al ser rosados por el aire fresco del otoño, el mismo otoño que seguía pasando sobre mi.

Respiraba el aire frio de la noche, mi pecho se sentía adolorido, y mis ojos sentían sueño, mas sin embargo estaría hay algún tiempo mas, al menos asta saciarme por completo.

¿Quien había traído la música hasta mí? No quería saberlo, no me interesaba, solo quería sentirla, y quería también, que viajara en mi pecho danzando, así como las estrellas lo asían en el cielo.

Había cambiado todo a mí alrededor, sentía tranquilidad, una hermosa y alegre tranquilidad.

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