Me duele la cabeza, mis ojos están hinchados, tiemblo al hablar, tiemblo al escribir, y suspiro a cada momento, solo los suspiros evitan que comience a llorar.
Hay muchas personas en el funeral, no me atrevo acercarme, tengo miedo, y no se exactamente por que. Veré y escuchare desde las lejanías, guardare silencio y esperare que todo pase pronto, pero esperar no sirve de mucho.
De pronto y de la nada, la notica llego. Mi abuela comenzó a llorar, le siguió mi madre, mi hermana, mis primos, mis tíos, todos.
Los llantos de mi abuela no han cesado durante toda la noche y todo e día, los perros aúllan y mi hermana traga sus lagrimas.. Mi abuelo maldice la vida, maldice la muerte, se maldice a si mismo y grita a los 4 vientos entre lagrimas.
Mi madre llora, mi abuela grita, mi abuelo maldice, mi hermana tiembla y mi papa se desespera de impotencia, y yo, tan solo guardo silencio,
Acribilladlo, sin merecerlo, sin temerlo. El muere y solo nos ha dejado la tristeza como herencia.
Mi Tío Raúl era una buena persona, espero que a donde el valla, sea un lujar mejor, donde las palabra arma y dinero no se conozcan, donde la ambición no exista, donde no allá mas dolor ni tristeza.
Are lo de siempre, olvidare lo que mi cabeza y corazón me dicen, y tan solo dejare que mis sentidos disfruten del verano, ahora y mas que nunca eso es mas difícil.
Así que seré cobarde e imaginare que mi tío aun vive, que el se a marchado a un gran viaje, que el lo disfrutara bastante, y que tal ves le guste tanto que terminara por quedarse hay, lo extrañare, lo extrañe mucho, tal ves y si dios lo quiere mas tarde nos volveremos a ver, mientras tanto intentare sonreír, y disfrutar el planeta, ese mismo planeta de que el se retiro.
Junto con el destino, y junto con los sueños los aires de la imaginación son tan fuertes como la lluvia en los techos de Yokohama.
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