Un día, como cualquier otro, el sol molestando mi vista en la entrada, pero me siento feliz a cada paso que doy, me siento realizado viviendo el sueño que quiero vivir, me lleno de alegría, todo me gusta, todo me parece bello y me agrada en verdad, todo lo que me rodea me hace sentirme que estoy en el lugar correcto, el pasto rodeando el pasillo, la neblina esfumándose entre el cielo que comienza a volverse azul de nuevo, cada paso descendiendo por los escalones y mis botas polvorientas cuando miro hacia abajo para no dar un mal paso.
Miro las paredes de la facultad, y veo un mural que fue pintado sobre
pintura naranja previa, que desastre, el color comienza a perderse y caer a trozos
quien sabe por qué, mientras veo a los
profesores desfilar al checador, a la izquierda escucho un susurro, es Lilia
que saluda como a 50 metros de mí, solo puedo levantar mi mano y saludar
mientras se va, me quedo pensando en lo mismo que cuando venían en el camión,
en cómo resolver el problema que llevo en mis cuadernos, y de cómo se lo
explicare a mi profesor.
Y ahora en la biblioteca, me encuentro con ganas de expresarme con mis
amigos, cuando solo una hoja blanca en Word y una playlist de youtube me son compañía,
me hacen sentir que hay tantos estudiantes que he conocido por aquí, y que me
han dado tan amenas impresiones, pero que no me he atrevido a conocer en verdad,
porque quiero tener algo que ofrecer antes de encontrarme con quienes cambiaran
mi vida. Recuerdo a tantas personas que se han quedado guardadas en mi mente
con mucha intensidad, rebobino mi nerviosismo cuando casi por accidente o por
impulso me atreví a entablarles conversación, me vienen a la mente las palabras
torpes y las conductas malsanas que deje esfumarse en cada oración y cada gesto,
de manera tan notoria, que hasta algún tipo de temor he de haber provocado, en cierta
manera esos accidentales encuentros me recuerdan que aún no es el momento, pero
que puedo llegar a él pronto, esforzándome otro día más en leer lo que me
propuesto, esos libros que en su contraportada prometen dar la información necesaria
que junto a mi esfuerzo darán solución a los más graves de mis defectos. La
lista es aun larga, pero cada vez que llego a la última página de cada libro, sé
que cada párrafo subrayado ha dejado en mi conducta un ladrillo más en mi construcción.
Hay algunas personas que son tan importantes para mi, de quienes me
esforzado en conocer a partir de las palabras y emociones que expresan a sus
amigos, pero a quienes no quiero encontrar en mi camino hasta haberme construido
la mente que deseo tener, me siento arrepentido algunas veces desde luego, pues
se que hay personas dispuestas a tolerar mis aberrantes defectos y aun así
trato de huir, lo siento no quiero volver a ser otra vez, un obstáculo en las
vidas de las personas que han decidido darme su atención.
Y es verdad que tendré que sufrir llegado su tiempo, cuando no pueda
verles por los pasillos del Instituto, ni por las calles de la ciudad, no niego
que eso me pone triste, pues al menos ayer un caso particular, me provoco
llegar a ignorar el calor de junio y las ganas de dormir, por sentir el suave
dolor de extrañar, pero no quiero hacer daño a nadie más, no me importa que
tenga que pasar prácticamente solo, el ultimo trozo de mi juventud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario